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domingo, 13 de enero de 2019

El jarrón roto que me queda

Su tristeza se perdió en la forma de mis lunares mientras yo perdía jugando a perderla.

Eran tantas sus preguntas y tan pocas mis respuestas que dejaron de ser; se convirtieron en dagas.

Su interés navegaba en mi silencio de forma tan tenaz que no pudo romperlo.

Lo estaba matando y nunca lento.

Mantengo la respiración como los secretos que no diría en voz alta ni aun estando un poco más loca.

No me merezco ni el oxígeno que estoy contaminando desde el álgido lugar en el que vivo.

La constante decepción me anima a no volver a intentarlo, por si esta vez me asfixio.

Si es verdad que somos 80% agua, el otro porcentaje que me resta debe de ser hastío. Suponiendo que me quede algo.

He escuchado hablar de la compatibilidad que no tengo ni conmigo misma. Soy una catedral gótica que se admira desde fuera: es peor que imprudente meter un pie dentro.

Prefiero mantener lo que me conviene bien lejitos, por eso se escabulló mi sombra de tus manos cuando creíste por fin sostenerla.

Me visto de blanco insatisfacción, pero lo pinto de rojo, porque soy una egoísta. Si no te pregunto qué demonios andan en tu cabeza, es por la pura reprocidad del acto.

Así que no preguntes:
vete.


miércoles, 9 de enero de 2019

Dolores era rubia

Un año más felicitándote,
explotará la burbuja si sales de esta.
No es la crisis de los veintiuno,
o la de los 14, no será la de los 30.

Te llamé "luz de mi vida".

Me ahogué en el vaso
que llenaron los despistados.
Me duele "pero está a mi lado"
Lo conocido es cómodo;
lo que llama, desconocido,
y si además sabe amargo
es por estar prohibido.

¿Cómo no voy a pensar en ti,
si ocupas toda mi mente?

Lo que hace más bien mata,
más bien se convierte en un cóctel
tóxico que pudre mis entrañas,
más bien abre más heridas
que más tarde no cicatrizan.
Pero la duda no ofende.

Mírame bien, ahora que puedes;
mírame bien, vas a perderme.
Mírame. Después échame de menos.

Me cansé de esperanza y fé
por la necesidad de un milagro
que me saque esto de dentro.

Cuéntame: ¿cuál es el sabor
que te ha dejado el arrepentimiento?
¿Para tu narcicismo cuánto valgo
en este preciso momento?

En la oscuridad fuiste la luz de mi vida.

Te encontraré si me reencarno,
igual hasta me lo merezca.
Me despido hasta nunca afirmando
que no habrá nadie después de ti,
o eso supongo, eso digo, eso imagino.

Claro que sí, cariño.
Sigue esperando.

No me llames más Lolita.

Pienso en los sonetos proféticos y en el refugio del arte. Esta es la inmortalidad que nunca compartiría contigo. La de la novela es mi princesa, yo solo la bestia, yo solo la escribo.


lunes, 7 de enero de 2019

imperturbable

Si no te concierne: sangre fría.

Me lo dijo a la cara:
"eres muy guapa, pero..."
dejé de escuchar.

Dios, por qué a mí.

Yo que era tan guapa, pero...
me cerró con las mismas.
Nunca supe si fue mi acierto,
nadie juega con barbies rotas.
Me amaba tanto que dolía,
tanto que jamás me convino.

Aborrezco mi existencia, luego existo.

Le dije "yo no valgo para esto.
Sayonara, mi amor, no lo dudo:
eres lo más bonito que he visto."

Es verdad que todo pasa factura,
yo no pedí que me escogiera
y sin quererlo fui su favorita.

Dios, ¿para qué existo?

No soy la única que sufre;
conmigo lo hace todo mi cuerpo.
Noto la tensión en cada músculo,
hasta en los párpados
y por más que los cierro no duermo.

No soy de sangre fría ni una momia. Soy hielo.

Volvió tras pasar cien noches despierta
preguntándome por qué se había ido,
solo yo podía curarlo sin besar
su herida, sin meter el dedo en la llaga,
y lo supo siempre, en el fondo.

Innegable fue una realidad
más allá de su crisma, si la hubo;
trabada en la mitad del camino,
en una lucha entre mi ego escuálido
y la terquedad que lo envolvía.

No fue capaz de entender mi hastío.

¿Duele más el habla o el hecho?
El ciego ve más que yo,
que intento coserme los ojos,
que me clavo las uñas para no verlo.

"Por qué a mí", mil veces me repito.

Hoy se ha dado cuenta
de cuánto le llenaba mi vacío
y ha llorado delante del resto.

Yo también he llorado,
y me he dado un abrazo
porque solo soledad me llena.



Aborrezco mi existencia, luego existo.