y sólo cortas si te lanzan.”
-Irene X
Ahora las nubes lloran
cada vez que la miro
y su rostro me confiesa
“no puedo más”.
¿Quién me puede explicar
por qué los domingos escuecen
tanto las heridas?
¿Cómo se llega a llenar
la soledad del último día de la
–avecesinterminable- semana?
Hoy que todo duele más,
no encuentro ninguna metáfora de tu talla
ni puntos ni comas para tu calma.
Pero ahora le falta luz al sol,
porque sus ojeras fatigadas
han dicho que está cansada.
Hoy eres más tuya,
y yo la única que ha conocido
tu mirada:
esos ojos que han compartido
misterios con la luna,
la que a mí me ha cambiado,
dejándome torpe y muda;
dando a cada sutil silencio
otro significado
y ya nunca será ausencia.
Porque el silencio
ahora habla más alto
y todo es culpa del halo
de melancolía que hay en ella.
Yo solo pido una tregua,
mientras que su bandera blanca,
parece inexistente:
se dedica a sacarme la lengua,
a ponerme trampas,
a llamarme demente.
Y se me clava,
y me mira como una loca.
Y se me atraganta
como la espina de una rosa.
Qué le voy a hacer,
si estoy enamorada de su sombra,
si se ha apropiado de mi vida,
si me secuestra en cada esquina…
Qué le voy a hacer,
si ahora es su tristeza
la que yace en mis costillas.
Y es que las nubes
están llorando,
porque las miro
y saben que nada va a cambiar.
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